Un espacio de venta cuadrado recibe al visitante, con expositores de gafas y mesas de atención al cliente a un lado y en el otro, un gran mostrador de gafas de sol retroiluminado. A continuación el mostrador central con la caja con vistas abiertas a toda la sala. Desde allí se accede directamente al taller o bien pasando por las gafas deportivas y aparatos auditivos hacia las salas de exploración. Las profundas vitrinas expositoras se diseñan a media altura permitiendo su uso desde ambos lados. La limitad altura de la zona de ventas se ve compensada gracias al diseño estructurado de los techos con zonas de mayor altura entre las vigas existentes de madera. En la trama del techo se integran bandas de luz que iluminan y resaltan los ligeros matices de color de las salas alegrando el espacio.

El mobiliario en madera de nogal, colocado libremente en el espacio estructura las diferentes zonas de venta. El material, la luz y las texturas interactúan estrechamente entre sí.

Bajo la estructura de tejado inclinado del cuerpo trasero se ha diseñado un espacio tranquilo que alberga las dos salas de refracción. Así mismo se dispone una sala para tratamiento de los aparatos auditivos.

Las ventanas existentes y las posibilidades de iluminación de la sala se han podido integrar elegantemente para conseguir una iluminación óptima con luz diurna, más allá de la inconsistencia formal de los añadidos de los años 80.

Mención Premio Menschengerechtes Bauen 2010