En la planta baja se encuentran las salas de terapia, también aptas para uso externo. Fue necesario abordar una renovación integral del interior de esta sólida construcción para adaptar el edificio a las actuales exigencias en materia de protección contra incendios y de atención a dependientes. Con el fin de conseguir salas comunes de estancia en cada planta, fue necesario ampliar la superficie existente mediante unos miradores que se diseñaron en la fachada a la calle principal. De esta forma se consigue abrir perspectivas en todas las direcciones a la calle de la Estación (Bahnhofstrasse) y se logra una generosa entrada de luz en cada planta. En la fachada que da al patio se proyecta una pasarela de conexión entre el edificio nuevo y el antiguo. El tejado fue desmontado en su totalidad y vuelto a construir con una estructura de madera en la que se integraron grandes espacios abuhardillados.

Todas las construcciones tanto en su materialidad como en su estructura hablan el mismo lenguaje. Una fachada blanca, de paneles lisos de aluminio con una trama de elementos verticales, se separa de la fachada con revoco del edificio existente. Blanco junto a blanco, un juego de luz y sombras. La fachada a la calle ofrece su representatividad y sirve de contraste al nuevo edificio de madera. Ambos, viejo y nuevo, conforman el pequeño patio de entrada al centro.